Este pilar se basa en la identificación precisa de trastornos mentales y emocionales mediante evaluaciones psicológicas exhaustivas. El diagnóstico preciso permite diseñar planes de tratamiento que aborden las necesidades específicas de cada paciente, mejorando la efectividad del tratamiento.
Los psicólogos clínicos de la IPS emplean terapias comprobadas como la terapia cognitivo-conductual y otras intervenciones psicológicas que promueven la mejora de la salud mental. Estas terapias personalizadas ayudan a los pacientes a manejar y superar trastornos como la ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.
El seguimiento continuo del paciente es fundamental para asegurar el progreso terapéutico. Este pilar implica ajustar el tratamiento en función de los avances del paciente, garantizando una mejora sostenida en su bienestar emocional y una mejor calidad de vida.